Fuente. El Correo de Burgos- El Mundo
“Viene menos cosecha de lo que pensábamos”
La escasez de lluvias merma la productividad de los racimos
A pie de campo, el intenso calor de las últimas semanas comienza a hacer estragos en los viñedos de la Ribera del Duero. Según advierte el presidente de la Asociación enológica de la Ribera (Enoduero), José Nuño, con carácter general, “viene menos cosecha de lo que pensábamos”. Y es que, la escasez de lluvias está provocando la merma de los racimos. “No es algo único de la Ribera del Duero, también está pasando en otras zonas vinícolas del país”, advierte con la mirada puesta en otras denominaciones de Origen que ya han empezado a vendimiar y donde se está certificando la tendencia. “Lo que pasa normalmente en el sur se traduce al norte”, subraya.
Con la esperanza de que Ribera del Duero sea una excepción y las lluvias pronosticadas para el final de verano sirvan de balón de oxígeno, el portavoz de los enólogos no esconde su preocupación ante la previsible aparición de granizo. “Si solo viene agua puede dar tiempo a reconducir y a aumentar la producción, pero como venga acompañada de granizo se puede agravar el problema porque ahora hace mucho daño”.
Lo cierto es que no ha sido un año fácil en la viña. “Aquí ya sabemos que no hay una vendimia igual a otra pero este ha sido un año atípico”, asegura consciente de que estos retos continuos obligan a los enólogos y viticultores a estar muy atentos. “No dejamos de aprender”.
Ribera del Duero afronta una nueva vendimia mirando al cielo, ante la llegada de lluvias y también por el reciente fallecimiento del director técnico del Consejo Regulador, una figura clave en el desarrollo de la campaña de recogida. “Agustín Alonso ha sido el alma de la renovación técnica del Consejo Regulador y ha hecho a esta Denominación de Origen más grande. Se le va a echar mucho en falta”, agradece el presidente del colectivo, José Nuño.
Pero, ¿cómo han sido las últimas vendimias? En 2017, Ribera del Duero cerró una cosecha que a punto estuvo de calificar como Excelente pero que al final se quedó en Muy Buena. Fue un año “excepcionalmente difícil” en el que la sequía se alió con una helada histórica que cayó en la madrugada del 27 de abril, con temperaturas que llegaron a picos prolongados de -6ºC, dando al traste con el 60% de la cosecha de la Denominación de Origen. En kilos, la campaña quedó limitada a 55 millones de kilos de uva, 78 millones menos que el año anterior cuando en 2016 se batió un record.
Con la huella marcada de la helada de 2017, el 2018 finalizó con la calificación de Muy Buena y “con la esperanza de recuperar la cuota de mercado perdida”. En kilos, la campaña daba alas con 125 millones de kilos de uvas.
En el 2019 la excelencia regresaba con una añada decidida a hacer las delicias de los apasionados de los vinos jóvenes y frescos pero también de los amantes de los vinos de guarda. En cantidad, la cosecha fue ligeramente inferior a la anterior, con 96 millones de kilos de uvas, pero como novedad, incluía por primera vez en su historia la apertura oficial al blanco de Albillo Mayor.
Si las inclemencias meteorológicas representaban la máxima preocupación en los años anteriores, en 2020 la pandemia acaparó todo el protagonismo con un canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías) que cerró de la noche a la mañana en numerosos países. Aunque la calidad volvió a ser excelente, las bodegas tenían claro que en ventas no iba a ser un año fácil ante la acumulación mundial de vino.
En kilos, Ribera del Duero cerró el 2020 con 123 millones, alzándose como la tercera mayor cosecha de la historia de la DO, tras las de 2016 (133 millones de kilos) y la de 2018 (125 millones de kilos), y por encima de la de 2014, con 122 millones de kilos de uvas.
En fechas, el año pasado la vendimia comenzó el 10 de septiembre. Fue una recogida singular marcada por el Covid y las medidas de seguridad, y por una lluvia que no dio tregua. Las precipitaciones fueron intensas, con una media de 60 litros/m2, por lo que se retrasó el inicio de las labores de recolección y luego se tuvieron que interrumpir en varias ocasiones.
Según los cálculos del presidente de Enoduero, la vendimia 2021 se puede generalizar la última semana de septiembre. “Como queda un mes, dependerá mucho de la climatología. En función de cómo venga se puede adelantar o retrasar unos 4 o 5 días”, indica mientras puntualiza la excepcionalidad de algunas parcelas que por su ubicación, edad, variedad puedan empezar antes.