Fuente. El Correo de Burgos
Aranda de Duero ya tiene preparado un amplio “abanico de actividades” para conmemorar, a partir del 7 de febrero, su nombramiento como Ciudad Europea del Vino, un reconocimiento del que disfrutara a lo largo de t2020 y con el que quiere aprovechar «la proyección» de este marchamo. Así se puso ayer de manifiesto en la presentación de este reconocimiento en la Feria Internacional de Turismo (Fitur), en un acto que contó con el respaldo del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto.
La alcaldesa de Aranda de Duero, Raquel González, explicó que se pretende «dar visibilidad» a la localidad, su cultura y sus tradiciones. «Es un reconocimiento a una ciudad acogedora, orgullosa de ser capital de la Ribera del Duero, y un reconocimiento al trabajo de impulso del enoturismo», declaró.
Según la regidora, la localidad ha hecho «méritos suficientes» para la obtención de este galardón que abre a partir de ahora «un abanico de posibilidades» que darán «mayor proyección» a la localidad. El objeto es poner en valor los vinos y dar a conocer la tierra porque Aranda de Duero se erige como «heredera de una cultura vitivinícola» que ha sabido sacar rendimiento al trabajo de sus antepasados.
Por ello, González garantizó que se aprovechará esta «oportunidad única» con la puesta en marcha de actividades «ligadas al vino y a la viña», y se hará «con una perspectiva de futuro», aseveró en el stand de la Junta de Castilla y León, donde tuvo lugar esta presentación.
Al acto asistió también el presidente del Ejecutivo autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, quien consideró que esta distinción pone en valor «la riqueza de la culrtuera del vino en Aranda de Duero», que tendrá la ocasión de situarse en «un lugar preferente en el mundo del vino», además de que será «una herramienta excelente» para la promoción del enoturismo de toda la Comunidad, según recoge Ical.
«Es una experiencia con los cinco sentidos de máxima intensidad», recalcó Fernández Mañueco, quien se refirió a algunas de las actividades con las que cuenta la localidad de impulso a este recurso turístico como sonla Fiesta de la Vendimia, los premios ‘Envero’, los cursos de la Universidad de Burgos, las jornadas gastronómicas del lechazo, el concurso de tapas o el festival Sonorama Ribera. Con todo ello, para Mañueco, este premio supone «un reconocimiento especialmente importante» a la Ribera del Duero, a Aranda y a la provincia de Burgos.
Al acto se sumó también la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, quien incidió en que Castila y León tiene «mucho por descubrir» y se felicitó por que el vino esté siendo «un reclamo turístico» que abogó por «aprovechar». De hecho, garantizó que se podrá contar con ella «como una más» a la hora de promocionar Castilla y León y situando en el mapa «esos rincones que algunos no conocen».
A pesar del buen trabajo que se está haciendo, Maroto expresó su deseo de «más» porque «hay mucho que enseñar y mucho producto por descubrir». Por último, se refirió al producto «peculiar» al que hay que recurrir para hacer de Castilla y León «un lugar donde vengan a vernos y a comernos», algo para lo que el reconocimiento como Ciudad Europea del Vino será «un escaparate» que haga del turismo «ese vector de riqueza y empleo», sentenció.
La presidenta de la Asociación de Ciudades del Vino de España (Acevin), Rosa Melchor, puso de relieve la «gran dificultad» a la hora de elegir a la Ciudad Europea del Vino de este año 2020 porque había «un alto nivel», aunque fue Aranda de Duero la que obtuvo «el mayor»” y que, como tal, representará a todas las ciudades españolas, lo que también favorecerá que el enoturismo español «salga más allá de nuestras fronteras».