Fuente: Norte de Castilla. Susana Gutiérrez.
Ribera del Duero se lleva la palma en cuanto a la apertura de nuevos negocio: una de cada tres nuevas bodegas se ubica allí. La zona más extensa y con mayor número de bodegas de la región es un referente en el mundo del vino a nivel nacional e internacional y una buena apuesta empresarial. Según el Consejo Regulador ribereño, ocho nuevas bodegas se inscribieron bajo este sello de calidad el pasado año, todas ellas en las provincias de Burgos y Soria. Tres de las productoras de vino han abierto sus puertas en Aranda de Duero: Bodegas Fusión, Hoyada Los Lobos y Bodegas Artio. Las apuestas burgalesas se completan con Dominio del Pidio en la localidad de Quintana del Pidio, donde la familia Aragón ha devuelto a la producción antiguos lagares y depósitos de cemento (Cillar de Silos); y Sei Solo Bodega, el proyecto personal del enólogo Javier Zaccagnini, en Roa de Duero.
La provincia soriana ha despertado también el interés de tres aventuras empresariales: Luna de Castromoro y Vino Taruguín –detrás está el enólogo vallisoletano que elabora Demencia en la DO Bierzo–, en San Esteban de Gormaz; y Bodega de La Loba, en Matanza de Soria, donde elabora la joven enóloga y viticultora Ana Carazo.
La Denominación de Origen Toro incorporó el pasado año tres nuevas elaboradoras. En concreto, Bodega Mazas Sociedad Cooperativa, un nuevo proyecto empresarial, y otras dos empresas que compraron una elaboradora anterior y ahora producen como Bodegas Frontaura y Bodegas Rodríguez Sanzo.
A caballo entre dos denominaciones de origen
Rodríguez Sanzo es un proyecto muy particular porque la bodega está situada en Villafranca del Duero (Valladolid), el único municipio perteneciente tanto a la DO Toro como a la DO Rueda, de manera que elaboran vinos de las dos comarcas vitivinícolas.
En Rueda, una de las zonas más de moda del país en la elaboración de vinos blancos y que ha experimentado en los últimos años un repunte en hectáreas de viñedo y creación de bodegas, también se han generado otro nuevo negocio, la apuesta empresarial J. Fernando Bodegas y Viñedos en Rueda.
Por otra parte, dos nuevas bodegas también se inscribieron en 2018 en la zona protegida Sierra de Salamanca. Un crecimiento reseñable, ya que ha supuesto un aumento del 25%, al pasar de 6 a 8 elaboradoras. Una de las bodegas se sitúa en San Esteban de la Sierra y su marca comercial está todavía por desvelar con el lanzamiento de su primera añada. El otro proyecto ha surgido en el municipio de Garcibuey gracias a Bodegas Perahigos, que anuncia también un ambicioso proyecto enoturístico. Perahigo es el nombre de una finca de Miranda del Castañar, uno de los pueblos más bellos de la Sierra de Francia, donde se construirá un hotel rural de 4 estrellas en una antigua casona de 1898, levantada por el General Pando al regresar de Cuba.
Una firma nueva se ha incorporado al listado de seis de las zonas vitivinícolas de calidad en la región. Ha nacido una elaboradora en 2018 en León, Cigales, Arlanza, Arribes, Tierra del Vino de Zamora y Cebreros.
La zona de Arribes continúa creciendo. En los últimos cinco años se han creado seis bodegas. En 2018 ha comenzado a elaborar Francisco Rodríguez Garrote, en Villalcampo (Zamora), que con sus vinos Palabras Nobles y Palabras Que No Te Dije, rinde homenaje a su padre, un viticultor de Aliste ya fallecido. Salsipuedes es el nombre elegido por la Bodega Pardal y Punto, ubicada en la localidad zamorana de Fermoselle, para dar a conocer al gran público su primer vino, perteneciente a la Denominación de Origen Arribes.
En enero
En la DO Tierra de León se ha gestado más de una bodega, porque, aunque el pasado año, se ha inscrito una nueva elaboradora, Dvino Export, hay otros dos proyectos empresariales que solicitaron los permisos para la vendimia 2018 y está previsto que se den de alta como bodegas de la zona de calidad durante este primer mes de 2019. Gotas de Rocío es la nueva bodega de crianza en la DO Arlanza, Viña Buena en Cigales, Riconuevo en Cebreros y Viñaber en Tierra del Vino de Zamora.
Por el contrario, en las dos zonas protegidas menos numerosas, Valtiendas y Valles de Benavente, que cuentan con seis y cuatro bodegas, respectivamente, no se dio de alta ninguna bodega en 2018. En el Bierzo, por su parte, se mantiene la cifra de elaboradoras en 77, después de años de crecimiento.