Nuevas tendencias en crianza del vino

Fuente. Vinetur.com / David Manso.

Hasta hace poco y desde tiempos de la Edad Antigua, los consumidores de vino estamos acostumbrados a la crianza del vino en madera. Inicialmente estas se usaban para el transporte de bienes como la sal, el pescado en salazón, harina e incluso la pólvora, sustituyendo las frágiles ánforas heredadas de los romanos por su robustez y fácil manejo. El vino también encontró en estos elementos de madera un buen contenedor para preservarlo en los viajes y transportes.

Mientras otros productos únicamente eran únicamente preservados o  se retrasaba su deterioro, el vino no sólo mantenía sus condiciones de consumo, sino que ganaba en complejidad y alargaba este periodo, siempre y cuando permaneciese en ellas. Así nace la crianza del vino, fruto de una  necesidad más que del placer.

Después de diferentes pruebas de error y ensayo, la experiencia y las técnicas se fueron perfeccionando hasta descubrir los diferentes tipos de madera óptimos y sus aportes. Superada la fase de necesidad, el vino entra en una, digamos, más comercial, de gustos.  Así a los más conocidos: Roble francés y americano (artículo sobre sus diferencias), se unen otros que aportan crianzas diferentes como:

  • El Roble Español: Es un tipo de madera con gran potencial para  la crianza. Aparte de las notas a café, cacao y caramelo, este tipo de madera aporta aromas a vainilla situados entre las barricas  francesas y americanas.
  • El Roble Húngaro: Muy apreciado por semejarse al roble francés, el roble Húngaro preserva más los aromas frutales que su hermano galo.
  • Cerezo: de menor uso, este tipo de madera aporta aromas frutales (frutos rojos, cerezo, ciruela…) que se ven intensificados si la barrica es previamente tostada.
  • Por último y en menor medida son usadas maderas de Pino, Acacia, Castaño… incluso recuerdo haber catado un vino de crianza en Roble Mongol. Maderas menos usadas por su elevado coste o resultados menos comerciales.

Ahora, una vez vistos los métodos más tradicionales en la crianza de un vino. En qué nuevas posibilidades se está trabajando?. Qué tendencias hay?. Que buscan las bodegas?.

La tendencia actual es lograr un vino con complejidad, que a su vez tenga recorrido, intentado mantener la máxima intensidad frutal posible. En otras palabras, un vino que reuniese las cualidades y frescura de un joven, con la cierta complejidad de un crianza y la longevidad de un reserva. Para ello se están usando nuevos métodos diferentes de la madera:

  • Crianza en Tinajas: Se retoman los tradicionales métodos ya usados por nuestros antepasados no muy lejanos. La porosidad de la arcilla permite la micro oxigenación del vino que lentamente elimina el verdor, preservando la fruta. Se considera que los  vinos con esta crianza se presentan tal y como son con los sabores puros de la uva.
  • Crianza en Hormigón: No es extraño visitar una bodega y ver los famosos huevos de hormigón.  El hormigón, ya sea con forma de huevo, recipiente o cubeta realiza una transpiración similar a la madera, aporta oxígeno al envejecimiento del vino, pero sin añadirle sabores. Generalmente estos vinos suelen terminarse de afinar en barrica.
  • Crianza en Flex Tank: Inicialmente el término suena a tanque flexible, pues eso es. Un tanque de polímero (plástico) que hace las veces de barrica, y que mediante una micro oxigenación por porosidad, aporta al vino complejidad mientras mantiene fruta y frescura.

Básicamente son estos los nuevos métodos utilizados actualmente para dar nuevas formas de crianza al vino. Algunas bodegas están experimentando con tanques de granito o con preservativos en damajuanas, métodos novedosos que creo más diferenciadores y experimentales que marcadores de tendencia. La madera en menor o mayor medida siempre perdurará.