Una banda falsificó 1.500 botellas de los vinos más caros de la Ribera del Duero

Fuente: El País.

La Guardia Civil, en el marco de la Operación Tag (etiqueta), ha desmantelado una organización dedicada a falsificar, distribuir y vender vinos de prestigiosas marcas de la zona de la Ribera del Duero. Botellas de 100 euros se vendían a casi 2.000 mediante un sofisticado sistema de falsificación y catas a ciegas. El fraude fue descubierto cuando un prestigioso bodeguero se dio cuenta de que en el mercado había más botellas de las que su empresa podía producir. La estafa supera los dos millones de euros y las 1.500 botellas. La investigación aún no está cerrada y las falsificaciones pueden ser más.

Las botellas intervenidas. GUARDIA CIVIL / ATLAS

La investigación se inició el pasado mes de octubre, a raíz de una denuncia presentada en la localidad de Navalcarnero por el responsable de una prestigiosa bodega. En ella manifestaba sus sospechas sobre la venta de botellas de su marca a través de una página web. Este directivo denunció que la producción de algunas añadas era muy reducida y que, pese a ello, había un gran número de botellas en determinados restaurantes y páginas de Internet: sospechaba que buena parte eran falsas.

Agentes de Policía Judicial de Madrid pudieron constatar, a través del análisis del portal web que las ofrecía, que efectivamente se estaba comercializando esa marca, y que en algunas ocasiones el precio de venta al público de la botella falsificada ascendía a más de 1.900 euros. Posteriormente, descubrieron que las marcas afectadas por la estafa eran varias —no solo la del primer denunciante— y que los timadores se habían especializado en los caldos de la Ribera del Duero.

Para la falsificación y venta, la organización adquiría vino con propiedades similares y de la misma denominación de origen, pero a un precio mucho más reducido. Ese era el caso, por ejemplo, de los vinos Vega Sicilia. Los detenidos compraban botellas de la serie Valbuena 5º, cuyo precio ronda los 100 euros al ser el más joven, pero de la misma bodega. La forma del envase es, además, similar a la serie Sicilia Único, cuyo coste oscila entre los 1.100 y los 1.900 euros, según el año. El más caro es el procedente de la cosecha de 2004. La banda simplemente cambiaba las etiquetas y sacaba las botellas al mercado, según explicó ayer el teniente de la Guardia Civil responsable de la investigación, Abel Marín.

Igual ocurría con la marca Pingus. Adquirían botellas muy similares, a un precio de unos 19 euros. Tras falsificar su etiqueta, superaban los 100 euros en el mercado. Los arrestados también compraban corchos y tapones parecidos a los de las bodegas estafadas, para serigrafiarlos después con una máquina de fabricación casera que habían diseñado específicamente para estampar los logos y los anagramas.

En cuanto a las etiquetas y las contraetiquetas, las adquirían en una imprenta de Cerceda (A Coruña), aunque la organización disponía de un taller propio con sistemas informáticos avanzados para escanear, procesar e imprimir la documentación. Una vez finalizado el proceso de falsificación en la nave de Málaga, procedían a la venta y distribución del vino a través de restaurantes y páginas web.

La forma más habitual era mediante un portal especializado en vinos, en el cual algunas de sus botellas se vendían por más 1.900 euros. También utilizaban otra web dedicada a subastas internacionales y un restaurante situado en A Coruña. En este, incluso, hacían catas con los clientes, en las que les pedían que identificaran los vinos con sabor más parecido a los Ribera del Duero falsificados. Tras varias pruebas, adquirían los que les decían estos clientes para hacer las estafas. Los productos falsificados también los vendían en establecimientos hoteleros de Marbella (Málaga).

Dopaje de deportistas

Entre los arrestados e investigados hay cinco españoles, dos colombianos y un argentino. Tres tienen antecedentes por robos y estafas. Uno de ellos estuvo investigado incluso en la llamada Operación Gallego, de dopaje de deportistas. Al frente de todos ellos estaba el dueño de un afamado restaurante de Cerceda, conocido como Álex de Cerceda, de 52 años.

En los registros practicados se encontraron cajas de madera, ceras de lacre, cápsulas de botellas de diferentes colores, así como collarines y bases metálicos con los que los adornaban y terminaban los envases para darles un aire más convincente y exclusivo. La investigación continúa abierta y no se descarta que haya otras marcas implicadas y más personas formaran parte de la organización.

Para desarticular esta banda se realizaron seis registros de manera simultánea en Madrid, A Coruña y Málaga. Varios de ellos eran los domicilios de los principales responsables de la red, y otros dos, sedes mercantiles: un restaurante y una nave. En Málaga se almacenaban los vinos para su falsificación y en A Coruña se imprimían las etiquetas fraudulentas, según la Guardia Civil. Las investigaciones, no obstante, se iniciaron en Madrid, pues fue allí donde se interpuso la primera denuncia.

La operación fue desarrollada por agentes de la Guardia Civil con destino en el Grupo de Investigación Tecnológica de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Madrid, que contó con el apoyo de las Unidades Territoriales de Policía Judicial de Málaga y A Coruña.