La escasez de uva en la Ribera lleva los precios a su máximo histórico

Publicado en el Diario de Valladolid. 25 de agosto de 2017.

Ha transcurrido apenas un año pero en el campo o con el clima, ya se sabe, puede suceder cualquier cosa. Y así ha sido. Lejos quedan las alegrías de 2016 cuando la Ribera del Duero sellaba una cosecha histórica que batía récord en cantidad y además presentaba un excelente estado sanitario. 8.258 viticultores y 308 bodegas celebraban entonces el éxito de los 133 millones de kilos de uva recogidos.

Hoy, diez meses después, la realidad es muy distinta y las previsiones apuntan a que la cosecha se limitará a 55 millones de kilos de uva, lo que representa un 60 por ciento menos que el año anterior y, lo que para algunos es aún peor, a unos precios de la uva muy elevados, por encima del récord histórico de la Denominación de Origen, con lo que eso puede suponer para la viabilidad de las bodegas y su competitividad en el mercado.

La culpable de esta encrucijada en la Ribera del Duero fue una helada intensa y duradera que cayó de forma inesperada la madrugada del 28 de abril, atacando el viñedo en uno de sus momentos más delicados, cuando estaba en plena brotación. Aunque se salvaron algunas zonas como Fuentenebro, Moradillo, Páramo de Corcos o Aldehorno, la Ribera del Duero temblaba: se había perdido el 70 por ciento de la cosecha.

Se dispara el precio

Debido a la escasez de uva, los precios empiezan a dispararse por lo que podemos estar además ante una cosecha histórica en la que se pueden superar los tres euros por kilo, aunque se espera que la media se quede en 2 euros/ Kilo. Una subida que algunos defienden y que otros critican, pero la realidad es que tras los años de crisis y los precios ajustados, muchas bodegas no podrán defender en el mercado esta subida. En todo caso los precios superarán el máximo histórico de la DO que alcanzó los 2,4E/kilo (400 pesetas de entonces).

Solo un dato, para una botella de 75 centilitros se necesita 1,1 kg de uva. Por este motivo, muchos barajan la posibilidad de no elaborar esta campaña vinos Rosados, Jóvenes o Robles, ante la imposibilidad de defender el coste de la uva en el precio de venta en botella.

Otras han optado por subir un poco los precios actuales para evitar una gran subida de golpe que les haga perder cuota de mercado. Porque ahí está el gran reto: convencer al consumidor de que con la tesitura actual, disfrutar de un Ribera requerirá pagar precio algo mayor. En la actualidad, de cada cien botellas de calidad que se consumen a nivel nacional, 10,4 son Ribera del Duero.

Dicho esto, y con todas las dificultades climatológicas que los viticultores han tenido que afrontar este año, no se puede afirmar que estemos ante una añada perdida. Todo lo contrario, ya que lo que se ha salvado presenta, según los expertos, una calidad excelente.

Déficit de vino

Ribera tiene la experiencia del año 1997 cuando otra gran helada obligó a subir el precio de la uva hasta 400 pesetas/ kilo (2,4 euros/kilo). La subida de precios supuso entonces una pérdida de cuota de mercado, sobre todo en el canal supermercados y grandes superficies, siempre más sensibles al precio.

En este análisis claro hay que tener en cuenta que el número de bodegas era entonces muy inferior. Ahora la realidad es diferente y tras una cosecha histórica que dio 115 millones de botellas (en una DO que vende una media global anual de 92 millones, incluidas todas las añadas) el déficit de vino es un problema. Así se aprecia en la subida de precios que ha experimentado el comercio de vino a granel. Pese a ser de añadas anteriores, algunos han subido más del 50% en apenas mes y medio.

Con estos parámetros en cuenta, la denominación de origen comienza a preparar la vendimia de 2017. Dado el calor de este largo verano, la cosecha viene muy adelantada por lo que en algunas zonas como en los Páramos de Peñafiel es probable que se empiece a recoger a principios de septiembre: una fecha insólita en esta tierra de vinos.

Un problema generalizado en muchas DO

La helada de abril no solo marcó el destino de la Ribera del Duero; también dejó su impronta en otras muchas zonas como la Rioja, Navarra o el sur de Galicia. En el Bierzo afectó a 2.385 hectáreas y en Tierra de León a 1.105 lo que les ha llevado a solicitar la declaración de zona catastrófica.

De hecho la Denominación de Origen Bierzo augua que la vendimia de este año tendrá una merma importante de hasta el 60% de la producción habitual, con un total de uva recogida que se situará entre los seis y los ocho millones de kilogramos.

La sequía global tampoco ayuda y en zonas donde no ha helado, los rendimientos han descendido hasta el 40% como es el caso de Castilla- La Mancha. A nivel internacional, el panorama no mejora.

En Francia las heladas han supuesto un verdadero problema, con 115.000 hectáreas destruidas en zonas como Burdeos o Borgoña. Lo peor es que además no ha terminado y habrá que ver si estas heladas causan daños a la cepa que condicionen también la cosecha de 2018.

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