El pasado día 27 el granizo nos sorprendió con fuerza pero por suerte, lo hizo sin provocar daños reseñables. Aunque siempre puede haber alguna parcela afectada, en la generalidad vino bien a la Ribera del Duero. Y es que, al caer con agua abundante -como lo hizo el otro día con un promedio de 20 litros- la planta no suele tener problemas porque el agua al caer dobla las hojas hacia abajo y las protege.
Sin daños, la intensa lluvia ha llegado además en el mejor momento cuando empezábamos a tener problemas con la sequía por la escasez de agua. «Viene muy bien para equilibrar y homogeneizar el proceso de maduración”, explica el director técnico del Consejo Regulador, Agustín Alonso.
29 agosto, 2019